La Albahaca:
Se cree que su origen se encuentra en la India donde era considerada una planta sagrada gracias a los grandes poderes protectores que se le conferían.
Las primeras referencias escritas sobre esta planta narran que era utilizada en Egipto, hace más de 4000 años, principalmente como ingrediente en la preparación de bálsamos para la momificación.
No obstante, en la antigua Grecia y en Roma, la planta no gozaba de buena reputación. Por el contrario, se le asociaba con la desgracia y la pobreza.
En Creta, por su lado, la albahaca era considerada un emblema del demonio. Por eso, en muchas de las ventanas de sus casas se colgaban ramas de albahaca buscando protección contra su influencia.
La “mala fama” de la planta llegó a ser tal, que algunos médicos sostenían que el simple hecho de oler las hojas de la planta era suficiente para que la persona desarrollara escorpiones en su cerebro.
Poco a poco, la hierba fue ganando aceptación y durante la Edad Media se hizo popular.
En nuestros días, esta planta es considerada como una representación de amor en algunas regiones. Es así como pueden explicarse las plantas de albahaca que se encuentran sembradas sobre tumbas en Irán, Malasia y Egipto.
Hoy, la albahaca es una de las hierbas culinarias más extendidas en el planeta. Ingrediente destacado en muchas recetas: desde la famosa salsa pesto hasta ser parte de postres y ensaladas de frutas.
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