Sin lugar a dudas, el tomate es una de las frutas de mayor consumo en el mundo, luego de hacerse popular gracias a Hernán Cortez, quien la llevó a Europa hacia 1521, tras capturar la ciudad Azteca de Tenochtitlan, hoy ciudad de Méjico.
La pasta de tomate, o salsa de tomate, o salsa roja, como puede ser llamada dependiendo del país en el que nos encontremos, tiene una amplia variedad de recetas/interpretaciones las cuales dependen igualmente, de la región en la se prepara.
La receta que estoy compartiendo hoy contigo, recoge la tradicional aproximación de las cocinas de España e Italia.
A pesar, de que dada su gran popularidad y demanda, podríamos decir que la “pasta de tomate” se consigue envasada en todas partes, nada como preparar la propia en casa.
Además de tratarse de una receta de una extremada simpleza en su preparación, es increíblemente versátil. Por ejemplo, es el primer ingrediente obligado al momento de preparar una pizza, deliciosa servida sobre tostadas o mezclada con huevos recién fritos… Adicionalmente, es una excelente base para múltiples recetas tales como la salsa Napolitana y la salsa Boloñesa.
Qué es lo mejor de esta receta? Que sabrás exactamente de qué está hecha esa salsa que tanto gusta a tus familiares y amigos: sin preservativos, sin colorantes artificiales, sin glutamato de sodio, sin ingredientes con nombres extraños…
Espero que te diviertas y que esta salsa se convierta en una de tus recetas favoritas!
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